El Ministerio de la Igualdad y la Equidad creado por el Presidente Gustavo Petro, y que fue endosado para su manejo a la Vicepresidenta, Francia Márquez, como titular de la cartera, atraviesa por momentos críticos que amenazan su supervivencia, ante la falta de financiación para su despegue y desarrollo.

La crisis se desató con la caída del artículo 266 del Plan Nacional de Desarrollo, que creaba el fondo para financiar el Ministerio.

Estos recursos estaban destinados a sostener los programas dirigidos a las poblaciones contempladas en el objetivo del ministerio: Comunidad LGBTIQ+, pueblos afrodescendientes, raizales, palanqueros, indígenas y rom; campesinos y campesinas, jóvenes, miembros de hogares en situación de pobreza y pobreza extrema, personas con discapacidad, habitantes de calle, población en territorios excluidos; adultos mayores, familias, niños y población migrante regular, irregular, refugiado, en tránsito y retornado.

Sin embargo, el artículo 266 contemplado en la Ley 2281 de este año se cayó porque representantes del Centro Democrático presentaron una demanda ante la Corte Constitucional en la que señalaban que el artículo era anticonstitucional.

De acuerdo con el CD, tanto el fondo como el Ministerio excluyen de su misión a otros grupos de colombianos, de tal manera que discriminan a un sector de la población al enfocarse en otros. 

Pero los representantes del Centro Democrático consideraron, además, que no era suficiente la demanda ante la Corte, y se levantaron de sus sillas cuando se votaba la aprobación de los fondos contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo. 

No obstante, voceras de algunas de las organizaciones incluidas en el radio de acción del Ministerio, consideran que no todo está perdido, que la financiación de la cartera se puede salvar.

Juliana Hernández, lideresa feminista, le dijo a la revista virtual Cambio que el Ministerio no será fácil porque todavía no se sabe de dónde saldrá el dinero, pero que hay esperanzas. 

“Muchos colectivos feministas rodeamos al Gobierno de Gustavo Petro y conseguimos movilizarnos para conseguir que el ministerio fuera una realidad. En este momento el camino que nos resta es continuar defendiendo, bien sea a través de la movilización social o de la incidencia política”, asegura Hernández.

“Una opción podría ser la cooperación internacional –agrega la lideresa–, pero eso no garantizaría la estabilidad que le habría dado FonIgualdad. Por eso, será importante hacer presión a través de movilizaciones para que el esfuerzo por el ministerio no se pierda”.

Con este panorama, el Presidente y la Vicepresidenta tendrán que buscar fondos en otros lugares del presupuesto para sostener un Ministerio, que entre los cuestionamientos que recibió tras su nacimiento fue precisamente este que aumentaría la burocracia y podrían escasear los recursos para su funcionamiento.